No es tan simple: Astrología

En nuestra opinión, muy a menudo se definen los factores astrales desde lo que no son o, si lo prefieres, desde los desvíos o manipulaciones que en ellos causa el yo desde una baja frecuencia de conciencia.

En Astrología Explorativa siempre decimos que el yo no es un enemigo, sino una dimensión más del multinivel de conciencias que somos. Pero, aunque eso sea cierto, no podemos compartir una mirada meramente psicológica de lo astrológico, una concepción estrecha que atribuya todo al yo, a lo propio, a la relación subjetiva que hacemos con la información y la energía celestes.

Tener conciencia de cómo operan y qué representan los signos, planetas, factores, proporciones y magnitudes astrales es imprescindible para adentrarse en lo que propone el mapa natal de cada ser. Una cita que es mucho más que el viaje del héroe “de uno mismo y para uno mismo”.

En “No es tan simple: Astrología”, el segundo paso de la formación en Astrología Explorativa, ahondamos en la complejidad astrológica, en las distintas conciencias que habitan en nosotros y en las diferentes dimensiones del mapa natal del nativo y de los factores astrales del cielo.

Para ello, profundizamos en lo que no se ve a simple vista en la carta, por ejemplp:

• En los fundamentos arquetípicos que sustantivan todo.
• En los distintos planos dimensionales de la información planetaria y de la energía zodiacal.
• En la distinción (y confluencia al mismo tiempo) entre lo objetivo celeste (arquetipos), lo subjetivo psíquico (funciones psíquicas) y lo circunstancial experiencial (hechos).
• En la simultaneidad con la que opera todo lo anterior,
• En la sustitución de una idea de evolución por una propuesta de transmutación.
• En las decisivas estructuras de polaridad y dualidad, de sincronicidad y fractalidad.
• En los perfiles que trazan la complejidad del proceso de cada ser (ángulos, aspectos, entrelazamientos planetarios).
• En el destino que nos convoca y nos trasciende, que nos llama a gobernar nuestra propia nave transitando cauces, caminos y vórtices objetivos no meramente psíquicos que nos llevan a la conciencia de la luz que somos.

Si miramos una carta sin eso, sencillamente no entendemos nada. Es por momentos ininteligible, pero es lo único que tiene plan y dirección. Lo demás, nos parece, convierte la astrología en una astrología identitaria, en una astrología que silencia el código de la luz.

Esta formación te enseña a mirar desde ese lugar hondo, desde esa perspectiva que normaliza tu complejidad pero que, a la vez, trasciende lo tuyo y el para ti, entrando en la verdad que aflora en la carta natal y en sus propuestas procesales, dimensionales y luminosas, transpersonales y espirituales.